EDITORIAL
Incertidumbre y adaptabilidad, ciencia y consciencia, en la oftalmología y en lo experimental
Rodrigo M. Torres
Director de OCE
Oftalmol Clin Exp (ISSNe 1851-2658)
2023; 16(4): e314-e316.
El contexto donde ejercemos y el ámbito donde creamos conocimiento
Estar en diciembre significa que pasó el tiempo, que se acerca el fin de un año más y que estamos en el último número de OCE de 2023. Un año donde el mundo sigue mirando la cronificación de la invasión de Rusia sobre Ucrania, donde continúa sin ver la descomposición de los náufragos de miles de pateras, un año donde Hamas perpetró su peor atentado sobre Israel y pareciera que no todos le dan la terrible trascendencia que deberían. Pero aunque muchos no sientan que esto está pasando (y les está pasando también a ellos) es nuestro contexto.
El mundo es redondo (a pesar de los terraplanistas) y lo que va para un lado afecta al otro de alguna manera. Nuestro cuerpo está lleno de sensores. Tenemos que sensar y sentir. Nos tiene que doler y tenemos que reaccionar porque además estamos en un año en que la Argentina una vez más nos puso a prueba de cómo vivir y sobrevivir. Tanta ciencia y conocimiento debe ayudarnos a entender cómo está nuestro contexto y hacer algo. Por eso, no es un error iniciar el editorial de la publicación científica del Consejo Argentino de Oftalmología hablando de esto. Así estamos ejerciendo la medicina y desarrollando proyectos de investigación, con incertidumbre pero con adaptabilidad. Esta es nuestra coyuntura. Es lo que nos toca, en la Argentina, en Hispanoamérica y en el mundo.
¿Seremos realmente mucho mejor de lo que mostramos?
Creo que sí, pero eso hay que demostrarlo. Con esfuerzo, estudio y constancia queremos dar y dejar ejemplos para que las nuevas generaciones nos superen, porque el mérito de verdad existe. Acciones y reacciones. La ciencia es la trinchera en donde podemos refugiarnos ante la mediocridad y la avaricia. La investigación es el pasaje que nos permite dar el paso hacia una realidad paralela a la práctica clínica, una realidad que finalmente se fusiona, creando médicos que se vuelven mejores e investigadores que, trabajando en equipo, se sinergian más allá de sus cualidades personales. Equipos multidisciplinarios dan resultados de mayor impacto. La metodología nos ayuda a pensar sobre engramas sólidos, que aunque parecen estrictos y rigurosos en realidad nos dan el espacio para liberarnos hasta donde nuestra imaginación y originalidad pueda llevarnos. Todo es posible, de verdad, pero la evidencia de los hechos no perdona y siempre terminará dictando la sentencia más justa. ¿Y nuestra revista OCE que rol tiene? Es un lugar donde ejercitamos el método científico y la medicina basada en la evidencia en el contexto de la realidad de una parte del mundo que tiene sus peculiaridades, por lo que muchas veces lo publicado en otros continentes e inclusive en otras regiones de nuestra gran América no nos aplica del todo, incluso en esta globalización del presente.
¿Por qué hacer el esfuerzo? ¿Vale la pena?
Nuestra medicina actual se basa en evidencias que surgen de utilizar el método científico y están aquí para protegernos de obras sociales, prepagas y sistemas que corrompen y especulan con nuestro trabajo. Sistemas de salud, públicos y privados, a los que deberemos enseñarles con mucha paciencia el porqué de nuestras acciones. Pero acciones que deberán respaldarse con datos precisos e información transparente. La evidencia científica nos permite detectar actos y prácticas que no pueden justificarse, por lo que tampoco deberían aceptarse. Podemos decirlo sin miedo: no somos todos iguales y hay profesionales que se han caído en uno o varios de estos obstáculos: la monotonía, la desilusión, la nivelación hacia abajo, el conformismo y/o un cargo. Cápitas que decapitan al honor y la honestidad. Pero no generalizamos, porque hay sistemas que van bien y cumplen su función y otros que ya no deberían tener lugar en el contexto de un mundo basado en la evidencia. Es parte de la heterogeneidad de los seres humanos. ¿Y para qué está OCE? Para validar trabajos científicos sin sesgos de temas relacionados con las ciencias de la visión. Trabajo validado que pasa a ser publicado queda expuesto por siempre, para ser confirmado o refutado. Estas son las reglas del “mercado” de la ciencia.
¿Este editorial es una queja?
No, es sólo una descripción de situaciones que no hacen más que realzar la satisfacción que tenemos desde la revista OCE de ver el crecimiento de nuestros pares, aquellos que hacen el esfuerzo de hacer siempre un poco más independientemente del contexto. Deseamos destacar a quienes han hecho su contribución científica con la comunidad desde 2007 y sobre todo en este 2023. Encontramos autores diversos y de realidades distintas. Ver dónde estamos y desde dónde se comenzó me obliga a expresar un agradecimiento especial al Dr. Jorge Croxatto, primer director de la revista y al Dr. Javier Casiraghi quien posteriormente me delegó esta responsabilidad, además de extender mi agradecimiento a todo el comité editorial y al equipo de profesionales que nos ayudan en todos los detalles de redacción, edición, diseño y divulgación de contenidos.
Esto ya termina, pero continuará
Estoy terminando de escribir este editorial con esperanza y mucho optimismo porque recientemente tuve el agrado de participar en la última edición de las Jornadas Regionales del CAO (las bonaerenses) realizadas conjuntamente con REBECOS, que es “el” congreso de los residentes. Días más tarde disfruté de ser parte del congreso de la Asociación de Investigación en Visión y Oftalmología (AIVO) de Argentina, capítulo internacional de la Association for Research in Vision and Ophthalmology (ARVO); eventos científicos que me han permitido conocer que hay cada vez más jóvenes estupendos que reciben formación y devuelven una energía movilizadora. Ver discípulos superando a sus maestros es emocionante. Pero también vi a no tan jóvenes profesionales enseñando de muchas formas, pero sobre todo con ejemplos de su educación y respeto a sus pares. Me emocioné en muchas ocasiones en estos últimos días (tal vez expresión del paso del tiempo) al ver a tutores académicos enorgullecerse en silencio mientras exponían sus alumnos.
Como se está acercando fin de año expresaré deseos. Quiero médicos e investigadores que decidan su futuro por pasión y no por presión. Que disfruten y sientan lo que hacen. Quiero que no falten recursos para llevar adelante la práctica asistencial con excelencia y las actividades de investigación básica, traslacional y clínica con la máxima calidad. Sobre todo, que no falten ganas de hacer más de lo que otros han hecho antes. Hay que dejar la vara más alta para las próximas generaciones porque todos somos prescindibles y eso está bien.
Este número de OCE cierra un año difícil para todo el mundo, no sólo para la Argentina, pero estamos tratando de superarlo para comenzar un gran 2024. Hasta entonces y en nombre de todo el comité editorial les extiendo un agradecimiento a los revisores que colaboraron a lo largo del año, a todos los autores y los dejamos con un gran número con trabajos de oftalmología “clínica” y “experimental” de grupos multidisciplinarios de distintos países. Hasta el próximo volumen 17 de nuestra querida revista y todos a trabajar duro para ser mejores, porque se viene un 2024 con muchas novedades y motivadores desafíos. Esperamos su mejor esfuerzo: esperamos su mejor trabajo. ¡Felicidades!