EDITORIAL


Trabajo científico: rechazo y aprendizaje hasta su aceptación
Rodrigo M. Torres


Director de Oftalmología Clínica y Experimental (OCE)


Oftalmol Clin Exp (ISSNe 1851-2658)
2022; 15(3): e252-e253.


“Publicar o perecer” es una frase que sobrevuela el ámbito académico e impulsa a publicar todo lo que hacemos; sin embargo, no siempre podrá ser así. El objetivo que tiene una publicación científica es divulgar conocimientos originales a la comunidad para que puedan ser comprobados o refutados. Publicar es compartir lo que creemos que podrá ser de utilidad. Si estamos convencidos de eso, comenzará un camino que no dejará de tener obstáculos.

Publicar, la supervivencia del más apto y del más constante
Esas dos cualidades deben estar presentes y tras haber hecho una investigación, aunque sea solamente sobre un caso clínico, el estudio se deberá poner a prueba. El texto deberá estar  redactado de forma adecuada, siguiendo las instrucciones para los autores que tenga la revista. Enviaremos una primera versión del trabajo donde inicialmente un comité editorial lo evaluará y, si le interesa, pasará a una fase de “revisión por pares”. Allí, uno, dos o más expertos en el tema revisarán el texto y emitirán un informe dirigido al comité editorial, quien finalmente decidirá si le da o no el privilegio de ser publicado. Este camino lleva tiempo, esfuerzo y la mayoría de las veces implica aceptar la opinión de otros, de que lo que nosotros creemos que es muy bueno no es tan así. Rara vez se publica la primera versión de un trabajo sin haber tenido previamente sugerencias de cambios y modificaciones.
Frecuentemente, la mayoría de las revistas científicas rechazan directamente un gran porcentaje de los trabajos que reciben sin siquiera llegar a una fase de revisión o, en el mejor de los casos, el artículo será publicado luego de haber sido sometido a varias modificaciones.

¿Qué hacer si un trabajo fue rechazado?
En cada rechazo que sufre un trabajo, incluso cuando suceden las peores devoluciones —donde ni el comité editorial ni los revisores explican la causa—, se generan posibilidades de aprender y mejorar. Lo ideal es que la notificación del rebote se acompañe de un informe. Las críticas a veces pueden ser duras, pero debemos tomar los aspectos positivos y construir. Tenemos que ponernos en el lugar del otro: ¿por qué no les ha gustado nuestro trabajo? Así como en nuestra práctica médica somos empáticos con los pacientes, deberemos practicar la empatía primero con el comité de una revista, luego con sus revisores y finalmente con los futuros receptores de lo que vayamos a publicar: los lectores de la comunidad científica.

Un trabajo rechazado por una revista, ¿es malo?
En investigación es importante desconfiar y no “creer” sino “comprobar”. Muchos trabajos de científicos que incluso recibieron el premio Nobel fueron previamente rechazados en varias ocasiones hasta que finalmente se publicaron1. En ciencia también existen los prejuicios y es frecuente el escepticismo ante nuevas ideas2. Una de las causas más frecuentes de rechazo es que el trabajo no esté alineado con los objetivos de la publicación periódica3. O que el texto no cumpla con las instrucciones para los autores, o directamente que a la revista no le interese o no le guste el tema o su redacción. Es probable que la entidad editora piense que para sus lectores ese artículo no aporte nada y deberemos aceptar esa situación. Pero un trabajo rechazado no necesariamente será malo, aunque seguramente deberemos modificarlo para que pueda enviarse a otra revista y potencialmente luego se publique.

Una revista que acepta un trabajo previamente rechazado por otra, ¿es mala?
Depende. En la actualidad han aumentado mucho el número de revistas científicas —buenas y malas— acompañando el crecimiento de los trabajos científicos, buenos y malos. Por eso es muy importante que analicemos la calidad de la información del artículo, pero también la calidad de la revista, para lo cual no basta con conocer los sitios donde está indexada. Es necesario verificar los procesos de publicación y de gestión editorial. Analizar la transparencia de estos procesos, comprender si hay sesgos, potenciales conflictos de intereses y su consecuente declaración explícita. Hay que ver el sitio web de la publicación periódica y conocer adónde enviaremos nuestro trabajo. También debemos evaluar quién o quiénes la respaldan y conocer al comité editorial. Debemos verificar cuáles otros trabajos se han publicado en ella y considerar si detrás hay un interés netamente económico, como se observa en muchas publicaciones en la actualidad.

En OCE trabajamos para disminuir el índice de trabajos rechazados. ¿Cómo?
Con cada trabajo que recibimos siempre entregamos a sus autores un informe que reúne los comentarios de los revisores y del comité editorial. Pero si en primera instancia observamos que un texto tiene falencias estructurales e incluso metodológicas, armamos una nota detallada para los autores expresándoles qué elementos deberán modificar. Entonces sí, luego de concretados los cambios, el trabajo puede pasar a una ronda de revisión que, en el caso de OCE, es doble y enmascarada. Es que Oftalmología Clínica y Experimental (comúnmente sintetizada en OCE) es la publicación científica del Consejo Argentino de Oftalmología. Nuestra finalidad consiste en divulgar estudios científicos de la región, pero a la vez también tenemos la misión de incentivar a que los médicos hagan investigaciones y que ejerciten constantemente los principios de la medicina basada en la evidencia. De esta forma, se enriquecen académicamente en el proceso, enriquecen el conocimiento de sus pares y finalmente enaltecen la atención de las personas a las que cuidan. Al escribir un trabajo científico, quienes más aprenden son inicialmente sus autores. En OCE trabajamos para disminuir el índice de trabajos rechazados, y que un trabajo sea publicado o no dependerá en gran parte de la constancia que tengan sus autores para realizar todos los cambios solicitados hasta que finalmente superen la fase de revisión.
Publicar un estudio en OCE no es simple pero es accesible. Buscamos que sea un proceso interactivo, intelectualmente productivo y a la vez, amigable. Es un premio para los autores, pero a la vez es una gratificación para nuestro comité editorial, tanto sea procesar y publicar estudios de profesionales de amplia trayectoria internacional como trabajos provenientes de autores jóvenes. Esperamos su trabajo.


Referencias

  1. Campanario JM. Rejecting and resisting Nobel class discoveries: accounts by Nobel laureates. Scientometrics 2009; 81: 549-565.
  2. Gupta VK, Saini C, Oberoi M et al. Semmelweis reflex: an age-old prejudice. World Neurosurg 2020; 136: e119-e125.
  3. Mendiola Pastrana IR, Vargas Hernández A, Pérez Manjarrez FE et al. Peer-review and rejection causes in submitting original medical manuscripts. J Contin Educ Health Prof 2020; 40: 182-186.